sábado, 4 de agosto de 2012

3/8 Tel Aviv - Nablus (y sigo vivo)

¡Hola!

Sabía que viajar desde Tel Aviv hasta mi ciudad, Nablus, no era fácil, pero nunca pude imaginar que iba a ser una aventura como la que ha sido.

Al ser viernes, día festivo en el Islam, Sabbath, jornada de descanso en el Judaísmo, y juntarse con la celebración del Ramadán, la cosa se complicaba aún más.

En resumen, tenía que ir de Tel Aviv a Jerusalem, de ahí a Ramallah, y de Ramallah ahí a Nablus, pero la historia se iba a complicar.

Cogí un autobús de linea para llegar a la estación de autobuses de Tev Aviv. Allí salen autobuses para Jerusalem cada 10 minutos. Les pregunto a dos mujeres si el bus era el que viajaba para Jerusalem y efectivamente era, así que ya nos quedamos charlando. Eran estadounidenses (de California) y una trabajaba en la zona con el Ministerio de Exteriores americano en asuntos de ayuda a la mujer y tal, y estaba visitando a su amiga en Tel Aviv. Claro, de EEUU a Israel... mejor no decirle que voy a Palestina, así que uso la versión del aeropuerto (desde ahora, versión El Al).

Mercado en la Puerta de Damasco
Una vez en Jerusalem tengo que coger un tranvía desde la Estación Central (israelí) hasta la Puerta de Damasco (estación palestina). Como ya comentaremos, esta ciudad se encuentra dividida en dos, una parte de cada país. Nos costó mucho llegar al tranvía. Sólo nos encontrábamos a judíos ultraortodoxos y creedme, no es buena idea preguntarles. En más de un día desde que llegué, aún no había visto a una sóla persona musulmana. Pues bien, la Puerta de Damasco ha sido de los mayores caos que he visto en mi vida. Imaginad cientos y cientos de personas (esta vez ya sí, musulmanas) corriendo de un lado para otro, saliendo y entrando al mercado que hay justo en frente y buscando autobuses que paran cada vez en un sitio diferente. Yo sabía que tenía que coger el 18, que es el que me llevaría a Ramallah, capital de los Territorios Palestinos. No se cómo, con la maleta y la mochila, conseguí encontrar el autobús y montarme. El pasillo lleno de gente, algunos asientos con tres personas... Parecía de película. Me senté junto a un chico que había estado viviendo en Holanda dos años porque trabajaba para una agencia de noticias. Incluso había colaborado con Cuatro y Telemadrid. Me explicó lo que me quedaba por delante.


Muro de Cisjordania
Bien, el autobús me dejó en el primer sitio que puedo decir que me ha impresionado de verdad: justo en la entrada al muro de separación entre el estado israelí y palestino. Este muro, del que ya hablaremos, lo empezó a construir el presidente israelí Ariel Sharom en 2002 y rodea por completo el territorio palestino de Cisjornadia (a esto lo llaman el "West Bank", y el otro territorio palestino que queda es la franja de Gaza). En el mapa que vereis luego abajo, se ve muy bien el "West Bank" delimitado por una línea discontínua, dentro de Israel. Sólo algunos palestinos pueden salir del muro, y para entrar y salir tienes que atravesar "Check points". Este muro, que según Israel se construyó para proteger a los israelíes de los atentados palestinos, aisla al pueblo palestino del mundo exterior, separa en dos el Estado Palestino, destruye los terrenos agricolas palestinos y hace mucho más difícil la vida de los que viven en su interior ya que pasar un check point no es ninguna tontería.



Cara palestina del muro


Total, cruzo el Check Point para llegar a Ramallah. En el Check Point hay decenas de militares israelíes fuertemente (y hablo de tanques, sí, tanques, y subfusiles) controlando el paso. Es como un paso fronterizo lleno de alambradas y hormigón. Yo puedo atraversarlo con mi pasaporte. Los palestinos pueden atraversarlo si tienen la "tarjeta azul". Con la "tarjeta verde" no pueden.







Comiendo dátiles de Ramallah a Hawara
Una vez dentro de Ramallah, el bus directo a Nablus tardaba demasiado en llegar, así que cogí otro bus que paraba en Hawara, un pueblecito a 7 km de Nablus. En este bus nadie hablaba inglés, sólo un hombre lo chapurreaba, así que imaginaos. Mientras podía ir disfrutando ya del paísaje palestino. Durante el recorrido terminó la hora del ayuno del Ramadán, así que sacaron muchos tipos de comida y empezaron a comer y beber. Me ofrecieron de todo. Probé los dátiles, muy muy ricos, y les expliqué, como pude, que iba a un hospital de Nablus a hacer prácticas. Les encantó la noticia y a los cinco minutos lo sabía todo el autobús.



Paisaje palestino de Ramallah a Hawara



El bus me dejó en Hawara. Allí pregunté en una tienda de dulces cómo llegar a Nablus, y el dueño me dijo que él iba para allá en su camión con su hijo y si me llevaba. A estas alturas del viaje me daba igual ya todo, así que me monté y me fue ofreciendo dulces todo el camino que no os imaginais lo buenos que estaban. Me dejó en el Alwatani Hospital, donde había quedado con Nidal, mi contacto en Nablus. Hasta que no llegó Nidal no me dejó solo. No sabeis el contraste que hay entre la hospitalidad de israelíes y palestinos.




Después de tres autobuses, un tranvía, un check point y un viaje en camión, ya estoy en el piso. He hecho un mapa para ver por dónde he ido pasando. El piso está muy bien, compartido con dos franceses muy apañados.
Tel Aviv-Nablus (pequeño y grande)

Os seguiré contando. Hoy ha habido momentos en los que pensaba que no iba a llegar a Nablus. Pero aquí estamos =)

4 comentarios:

  1. Jose sigue escribiendo todo que es muy muy interesante!! ¡¡¡VAYA AVENTURA!!!! Haz muchas fotos también porque me cuesta imaginar todo aquello!
    Mucha suerte en tu hospital mañana!!

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  2. El hospital promete, a ver cómo se las apañan con los medios que tienen...

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  3. Jose esta muy muy bien el blog, ha costado mucho el viaje... seguire esperando la sigiiente aventura jejejeje

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  4. todos enganchados al blog que ál le está haciendo propaganda! sigue escribiendo

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