domingo, 5 de agosto de 2012

Pero, ¿cómo hemos llegado a esta situación?


Todos los pueblos tienen su historia, larga ella, y que por lo general, define sus pasos hasta nuestros días. Casi todos los pueblos se aprovechan e interpretan esa historia para justificar sus actos, tanto los pasados (que terminamos olvidando) como los presentes (que por desgracia, continúan siendo noticia). 

Como en la mayoría de las regiones, es imposible entender qué ocurre en esta parte del mundo sin conocer esa historia. En este blog van a aparecer muchas veces términos como West Bank, el Muro de Cisjordania, la Intifada, la Diáspora, los asentamientos de colonos judíos, la Autoridad Nacional Palestina o la franja de Gaza. Más veces aún van a aparecer historias que tienen que ver con la hostilidad entre palestinos e israelíes, con habitantes de Nablus que han muerto en el conflicto o con estudiantes como tu y como yo que no están autorizados a salir de su propia ciudad porque hay un muro que la delimita. Llevo dos días en Palestina y ya me he preguntado muchas veces cómo se ha llegado a esta situación. Qué se ha hecho mal para que ocurra esto.

No me he quedado con la intriga y, juntando varias fuentes de información, he hecho este resumen de lo que ha ocurrido con este territorio desde que se recuerda. Es imposible resumir 3000 años de historia en unas lineas, pero creo que para empezar puede servir. Este es un post para los que queráis saber (o recordar) paso a paso el por qué del conflicto entre Israel y Palestina.

Palestina, la tierra donde hoy se encuentran Israel y los Territorios Palestinos, ha sido zona de interminables disputas entre imperios a lo largo del tiempo.

Todo cuento tiene parte de mito y parte de verdad, pero lo cierto es que finalmente el pueblo judío fue expulsado del antiguo Israel hace ya 2000 años, y no fue hasta el sigo XX cuando la Sociedad de Naciones (lo que más tarde sería la Organización de las Naciones Unidas) decidiera devolvérselo por encima de los que hasta entonces estaban allí, sobre 2000 largos años de historia.

Diáspora, así se conoce a la dispersión del pueblo judío por todo el ancho mundo. Discriminación, esa ha sido por lo general la actitud de todas las tierras que los han acogido. Un pueblo castigado. Y aún más lo fue con la llegada del nazismo al poder y su fanático régimen del terror.

Estados árabes (verde) y Israel (azul)
Y fue el mundo Occidental el que en cierto modo le deparó este futuro a Israel; y puede que fuera un raro acto de generosidad mal planificada, pero lo cierto es que casi en plena “Guerra Fría” el mundo se divide en dos bloques, e Israel nace de manos de Occidente como una única voz discordante en Oriente Medio y Próximo (como veis en el mapa, en el que los países árabes están en verde e Israel en azul). Es verdad que David se convirtió en Goliat, pero puede quizás que estuviese pronosticado y avocado a ello ya desde el principio.

La Comunidad Internacional ya jugó a ser árbrito y ahora permite que no se respeten los acuerdos firmados en Oslo. La Comunidad Internacional sustenta a la ONU, pero es ella quien obstaculiza al no defender los Derechos Humanos y permitir actos como la construcción del “muro” por parte de Israel, o el acoso económico con el que constriñe a Palestina. Empezamos.

¿Cómo se asentó el pueblo judío en este territorio? Tenemos que retornar hasta el año 1000 A.C., pues es en ese año cuando el pueblo hebreo conquista Jerusalén. Más adelante, el reino hebreo fue dividido en dos, que pasó a ser Israel y Judá. Dos reinos que fueron destruidos años más tarde, el primero, por el imperio de Asiria en el año 721 A.C., y el segundo, en por Nabuconodosor en el 587 A.C., que estableció el dominio de Babilonia. Cuando el reino Persa derrotó a Babilonia se establecieron las Autoridades Judías en Jerusalén. Finalmente, y tras alguna que otra guerra con otros tantos imperios, los judíos lograron independizarse hasta el año 63 A.C., año en el que Jerusalén fue convertida a provincia romana. Con la derrota de las rebeliones judías en los años 70 D.C. y 135 D.C se produjeron grandes deportaciones de judíos que dieron inicio a la Diáspora (la dispersión de los judíos a lo largo del mundo), y se renombró el territorio como Palestina (o "Siria-Palestina").

Cuando el Imperio Romano fue dividido, Palestina quedó bajo la dominación de Bizancio hasta que en el año 636 se produjo la conquista árabe de la región. Ya en el año 1098, los árabes cruzados lograron tomar la ciudad y establecieron allí el Reino de Jerusalén, hasta que, una vez más la ciudad fue reconquistada, esta vez por el sultán Saladino. Tras ello, hubo otro periodo cargadito de guerras.

Y como esto es como si fuera papel, damos un salto en el tiempo para aclarar que sólo a finales del siglo XIX se comenzó a plantear la idea del retorno del pueblo judío a lo que fue el reino de Israel. Pueblo que asumiría su forma política e ideológica en el sionismo (movimiento político internacional que propugnó desde sus inicios el restablecimiento de una patria para el pueblo judío en la Tierra de Israel) y que se cristalizó en la Organización Mundial Sionista, alentando la emigración masiva a Palestina de los judíos diseminados por el mundo y dando respuesta al surgimiento de un antisemitismo que se desarrolla en Occidente, en el seno de las sociedades democráticas.

Las primeras migraciones de 1883 no provocaron desconfianza por parte de los árabes. Total, ¿quién iba a pensar lo que iba a ocurrir después?. Sin embargo, ocho años después, Jerusalem pidió al Imperio Otomano, que gobernaba Palestina desde 1516, que prohibiera la inmigración Judía ya que, aunque los árabes eran mayores en número, no poseían las instituciones que estaban desarrollando los Judios, debido al feudalismo que aún existía y que permitía a los clanes más poderosos dominar a la mayoría de la población, impidiendo así una contraposición al poder judío creciente.

Como hemos dicho, el Imperio Otomano se adueñó del territorio en el año 1516 y se mantuvo hasta la Primera Guerra Mundial (unos 400 años de mandato, por tanto). Al finalizar la guerra, las potencias Inglesa y francesa y tras el Tratado de Balfour, se dieron el lujo de crear las fronteras de Siria, Líbano e Iraq (unos de tantos países creados por “tiralíneas”, donde sus márgenes son rectos), sobre el territorio que fue durante tantos años administrado por el Imperio Otomano. Así, en 1917 el Reino Unido pasó a dominar estas tierras. Mientras que la zona pendiente de asignación pasó por decisión de la Sociedad de Naciones a ser el Mandato Británico de Palestina.

El número de judíos en Palestina se incrementó notoriamente (durante la Primera Guerra Mundial, la Tierra Santa contaba con una población de 500.000 árabes y 85.000 judíos, cifra que aumentó en 250.000 judíos durante el periodo de entreguerras europeo). Palestina, se mantuvo relativamente tranquila, hasta que, en 1929 el conflicto estalló con la insurrección palestina, que se saldó con la Matanza de Hebrón, de Safed y de otras comunidades judías. El resultado de estos incidentes fue la muerte de 133 judíos y 116 árabes junto a una reinterpretación de la Declaración Balfour en la que las aspiraciones judías se veían reducidas.

Por aquellos años, en Europa la situación tampoco estaba a las mil maravillas, ya que en 1933, Adolf Hitler se hizo con el poder en Alemania, asegurando su dictadura. Ésto contribuyó a una nueva migración de judíos europeos hacia Palestina. Los ingleses, a razón de este nuevo movimiento en masa de judios, crearon El Libro Blanco de 1939, también denominado Libro Blanco de MacDonald, publicado por el Gobierno británico de Neville Chamberlain y que determinaba el futuro inmediato del Mandato Británico de Palestina hasta que se hiciese efectiva su independencia. El texto desechaba la idea de dividir el Mandato en dos estados en favor de una sola Palestina, independiente gobernada en común por árabes y judios, con los primeros manteniendo su mayoría demográfica. Este acto supuso un giro completo de la política británica en Palestina y el fin de su compromiso con los judíos, iniciado dos décadas antes mediante la Declaración Balfour. El Libro Blanco fue publicado semanas antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial y establecía, como hemos dicho, que en el plazo de diez años Palestina se convertiría en un sólo Estado independiente gobernada en común por árabes y judíos. Según el nuevo plan, la inmigración judía se limitaría a 75.000 personas en los siguientes cinco años contando en todo momento con el previo consentimiento árabe (lo que en la práctica suponía el cierre a la inmigración legal en vísperas del inicio de la guerra), de modo que los judíos mantuviesen siempre un estatus minoritario. Razón suficiente para que en febrero del 1944, el Irgún proclamara que los británicos habían traicionado al pueblo judío y declaró la guerra al Mandato Británico.

Mientras tanto, se abría el camino para la resistencia armada judía contra los británicos en Palestina. El 22 de Julio de 1946 los judíos bombardearon la sede británica del Hotel King David de Jerusalem, causando 80 muertos, lo que iba a conducir a los británicos fuera de Palestina y allanar el camino para la creación del Estado Israelí.

Ante esta situación tan crítica, en 1947, Gran Bretaña expuso la cuestión palestina ante la recién creada Organización de las Naciones Unidas, cuya Asamblea General aprobó el Plan de Partición de Palestina en dos Estados, uno árabe y otro judío. El proyecto atribuyó a los árabes el 46% del territorio y a los judíos el 54% (si bien una gran parte de este territorio era desierto) dejando Jerusalem bajo administración internacional. Además este plan dictaminaba de la retirada del ejército británico del Mandato y la fijación de las fronteras entre los dos Estados y en la propia Jerusalén. Los judíos aceptaron el Plan, pero el Alto Comité Árabe (el organismo de la dirigencia árabe palestina) calificó de "absurdos, impracticables e injustos" tanto el reparto como la propuesta federal y, viendo perdido el terreno diplomático, amenazaron con la guerra para defender la Palestina árabe.

Una que vez el Mandato Británico de Palestina se retiró, los judíos, por medio de su presidente David Ben Gurion,  proclamaron el 14 de Mayo de 1948 el nacimiento del Estado de Israel en su parte del territorio otorgada por el Plan de Partición de la ONU. Esta declaración provocó la reacción inmediata de invasión por los ejércitos de la alianza árabe, es decir, los cinco estados árabes vecinos (Líbano, Siria, Jordania, Iraq y Egipto), dando así inicio a la guerra árabe-israelí de 1948.

Una guerra intermitente, que tuvo protagonismo durante los siguientes 15 meses (con varias treguas promovidas por la ONU). Cuando terminó, los israelíes habían ampliado su territorio a expensas de los palestinos: antes de 1948 los judíos contaban con el 7% del territorio, y al finalizar la guerra eran dueños del ¡80%! Entre 500.000 y 750.000 palestinos tuvieron que refugiarse en los países árabes vecinos, en campos de regugiados de la franja de Gaza y de los territorios jordanos. Transjordania (actual Jordania) y Egipto ocuparon la parte restante destinada por la ONU al Estado árabe-palestino: Egipto ocupó Gaza, y Transjordania se anexionó Cisjordania y Jerusalén Este, refundando el país con el nombre de Jordania.

Tras el violento nacimiento de Israel, el joven estado intentó consolidar su posición aprobando la Ley del Retorno, que extendía a todos los judíos del mundo el derecho a vivir en Israel. Los primeros en aceptar la invitación fueron los judíos del mundo árabe, pero a ellos les siguieron los judíos del mundo entero.

Las relaciones con los árabes continuaron en pie de guerra. En 1956, en la llamada Crisis de Suez, el ejército israelí conquistó el Sinaí (península al sur del territorio) y acudió en ayuda de Francia y Gran Bretaña, que querían tomar el Canal de Suez, recientemente nacionalizado por el presidente egipto Nasser.

Conquistas israelíes tras la Guerra de los Seis días
Debido a las presiones de EEUU y de la ONU, los israelíes se vieron obligados a retirarse, pero once años después, en 1967, los tanques israelíes volvían a la península del Sinaí.

Alarmados por la cantidad de fuerzas egipcias concentradas en la frontera con Israel, los israelíes lanzaron un ataque por sorpresa. Es lo que se llamó la Guerra de los Seis días. A pesar de enfrentarse a una combinación de fuerzas de todos sus vecinos árabes, el ejército de Israel consiguió en tan sólo seis días arrebatar los Altos del Golán a Siria, la franja de Gaza y la península del Sinaí a Egipto, y Cisjordania a Jordania; además de anexionar Jerusalem Este (ver mapa para situar cada zona). El territorio ocupado por el estado hebreo pasó de poco más de 20.000 kilómetros cuadrados a ¡102.400!. Es importante apuntar aquí que Egipto recibió el apoyo soviético, mientras que EEUU apoyó firmemente a Israel.

Como resultado de estas conquistas, se firmó en 26 de marzo de 1979 un tratado de paz entre Egipto e Israel, y otro jordano-israelí. Siendo, estos dos países, los primeros en firmar la paz con su vecino y además reconociendo a Israel como país soberano.

Fue el nacimiento de la OLP, 1964, (Organización para la Liberación de Palestina que desde 1969 sería controlada por la organización Al Fatah, dirigida por Yasser Arafat) el que desembocó en la reivindicación de una Nación Palestina soberana, es decir, un estado independiente de lo que la Sociedad de Naciones se dejó sin repartir. Ya que, hasta entonces, los palestinos no se llamaban a sí mismos palestinos, sino jordanos o árabes. En 1974, es decir, 10 años más tarde, la OLP sería reconocida por la Asamblea General de las Naciones Unidas como la representante del pueblo árabe palestino.

El tratado de paz de 1979 no fue acogido por todas las partes. Los palestinos consideraban que desautorizaba su campaña de autodeterminación, y la OLP inició su propia guerrilla contra Israel con acciones terroristas que les granjearon escasas simpatías en la comunidad internacional.

Esta actitud cambiaría a finales de 1987 con el estallido de la primera Intifada (en árabe, levantamiento), una revuelta popular palestina contra la ocupación israelí en la franja de Gaza y en Cisjordania. Se emitieron imágenes de jóvenes árabes lanzando piedras a soldados israelíes bien armados que contestaron con balas, y el mundo reaccionó exigiendo una solución a la cuestión palestina.

Palestina formada por Cisjordania y la franja de Gaza
En 1993 se firman los Acuerdos de Oslo, que en esencia pedían la retirada de las fuerzas israelíes de la Franja de Gaza y Cisjordania, así como el derecho de los palestinos al autogobierno en esas zonas a través de la Autoridad Palestina. Así, el Estado Palestino quedaría formado por Gaza y Cisjordania (de color gris en el mapa), y el estado de Israel se resumiría en el resto de territorios ocupados (resto de regiones coloreadas). De esta forma, Israel comenzó una lenta retirada de los territorios ocupados, transfiriendo la responsabilidad a la Autoridad Palestina.

Parecía que el proceso de paz avanzaba, lento pero se abría camino, hasta que en el año 2000, la eclosión de la segunda Intifada, justo en el momento en que las posiciones negociadoras de Israel habían alcanzado su máximo histórico, hizo que las puertas del proceso de paz se cerraran. Las opiniones que defendían que la mejor solución sería la creación de un Estado único para Israel y Palestina y que se dividiera en diferentes comunidades con autonomía para gobernar sobre sí mismas, no gustaron nada a los oídos de Israel, de ahí que en Junio de 2002 el gobierno de Ariel Sharon iniciara la construcción de de un muro alrededor de todo Cisjordania, también conocido también como “el Muro de la vergüenza”, con el fin de proteger sin cambios la permanencia de los territorios israelíes, aunque  alegando motivos de seguridad para los ciudadanos israelíes.  No fue hasta el año 2005, cuando por fin, el gobierno de Israel promovió la retirada del Ejército y el desalojo de los ocho mil israelíes que allí vivían con el desmantelamiento de las colonias judías de la Franja de Gaza. En cambio, Cisjordania, hoy todavía se encuentra parcialmente bajo administración militar israelí y, arbitrariamente, bajo la Autoridad Nacional Palestina. Salvo Jerusalén Este, Cisjordania no ha sido formalmente anexada por Israel y, según el derecho internacional, no pertenece a ningún Estado, por lo que continúan a la espera de resolverse su estatus definitivo, junto con la Franja de Gaza. Por ello, al no existir soberanía previa, es motivo suficiente para que Israel lo considere un «territorio disputado», no un régimen de «ocupación».

En cambio, hemos de recordar también que el grueso de los Estados miembros de la ONU considera que estos territorios están bajo un régimen de ocupación militar. Por ello, la ONU los denomina con el término “Territorios Ocupados Palestinos”, sin embargo también es cierto que la catalogan dentro de las "Entidades y organizaciones intergubernamentales que han recibido invitación permanente para participar en calidad de observadores en los períodos de sesiones y en los trabajos de la Asamblea General y que mantienen oficinas permanentes en la sede de las Naciones Unidas". Esto quiere decir que tienen derecho a voz pero no a voto.


Si tenemos en cuenta el coste del conflicto en vidas humanas, las estimaciones oscilan desde los 51.000 fallecidos (35.000 árabes y 16.000 judíos) desde 1950 hasta 2007, hasta los 92.000 fallecidos (74.000 militares y 18.000 civiles) entre 1945 y 1995. Pero esta historia no acaba aquí. Ojalá lo hiciera. Ojalá no estuviéramos más que recordando batallas de antaño. Sin embargo, un ojalá no es suficiente para ignorar esta realidad. No es suficiente para permanecer impasibles ante las atrocidades del mundo. La tensión en la franja de Gaza sigue siendo muy alta (buen ejemplo fueron los bombardeos que Israel lanzó en la Franja de Gaza el 27 de diciembre de 2008 y que siguieron en 2009, como represalia contra Hamas por el lanzamiento de cohetes desde Gaza hacia Israel) y los israelíes siguen colonizando territorios palestinos, como se puede ver en el ya famoso mapa de abajo, 1947, año de repartición del territorio según acordó la ONU, hasta el 2000, Israel (en blanco) ha ocupado la mayoría del territorio palestino (en verde).

Pérdida de territorio Palestino desdeel año 1946 hasta el 2000

Israel ha celebrado ya sus cincuenta años de existencia y en tan corto tiempo se ha convertido en un país muy desarrollado, líder mundial en áreas especializadas como la agricultura, informática y armamento. Los palestinos continúan sin un estado propio, bajo la represión israelí, y sólo ejercen una autoridad limitada sobre partes de la franja de Gaza y Cisjordania.

Fuentes (y para saber más...):
Este post es una ampliación del Comunicado de IFMSA-Spain sobre los bombardeos israelíes a la franja de Gaza en 2009
Lista de correo del Grupo de Trabajo de Derechos Humanos, Refugiados y Paz de IFMSA-Spain
Guía Visual de Israel, Jordania y el Sinaí. El País-Aguilar. Año 2000.

3 comentarios:

  1. Muy instructivo! Sin duda conocer la evolución a lo largo de la historia nos ayuda a comprender la situación actual. Los mapas se agradecen ;)

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  2. Duro camino por delante. Espero que el tuyo no haya tenido igual tinte. He descubierto hoy este blog, en próximos días iré leyendo tus andaduras palestinas, al menos sé que no acaba muy mal y has vuelto enterito!
    Un besillo,
    Ana Herrera

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  3. Hay que admitir que el post muchísimo más objetivo e imparcial (como deberían ser todos los textos periodísticos) que la mayoría de basura que se lee por la Red

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